lunes, 7 de noviembre de 2011

Ecoescuela, un camino

LA ECOESCUELA: UN CAMINO

Entramos en la red de Ecoescuelas mediado el curso académico 2004-05.

Todo empezó como una necesidad de dar forma a una serie de inquietudes que teníamos algunos compañeros del instituto. Vimos una convocatoria a un encuentro de Ecoescuelas y nos pusimos en contacto con nuestro centro de profesores (cep de Villamartín). Desde el primer momento nos animaron a conocer el proyecto y nos invitaron a asistir al encuentro. ¿Qué nos encontramos? Compañeros y compañeras con necesidades, con peticiones, con problemas, pero… con inquietudes e ilusión por aportar lo que estuviera en su mano por transformar la realidad de sus respectivos centros.

Hace ya de esto siete años. Cuando miramos hacia atrás y pensamos en todo lo que hemos hecho nos parece mentira. Pero, al mismo tiempo, cuando miramos hacia delante y pensamos en todo lo queda por hacer nos embarga un cierto desasosiego.

Ecoescuela es un camino.

De vez en cuando pasamos por periodos de sequía e nuestro país. Entonces nos informan del nivel de agua embalsada, recibimos consignas para reducir el consumo de agua y mejorar su utilización. Vemos imágenes de campos sedientos y arroyos secos, de acuíferos en peligro de extinción. Y a pesar de eso seguimos viendo a personas que siguen llenando bañeras, o regando jardines de césped reluciente, o lavando platos con el grifo abierto de par en par mientras ven su programa favorito en la tele.

Ecoescuela es un camino.

Cada día hay más niños/as, adolescentes, con mascotas. Animales que proceden de lugares exóticos. De maravillosos colores y extrañas formas. Por desgracia duran en nuestras casas sólo unos meses. En muchos casos se pierde el interés en ellos al poco tiempo o el animal no se adapta a las condiciones en que lo tenemos en casa y… acaba muriendo.

Nuestros campos están siendo continuamente atacados por una batería incesante de plaguicidas, insecticidas y biocidas en general que hacen desaparecer gran parte de las especies de seres vivos silvestres que en ellos habitan.

¿Tenemos claro lo que significa la Biodiversidad?. ¿Lo que representa para la casa común que habitamos?

Ecoescuela es un camino.

¡Qué fácil es darle a un interruptor o enchufar un cable a la corriente y que empiece a calentar un brasero, comience a cantar Bisbal por la radio o tengamos la noche transformada en día.

Las distancias no suponen ninguna barrera. Nuestros potentes coches las digieren con una facilidad pasmosa. Podemos estar tomando el sol por la mañana en una playa de Cádiz y un rato más tarde tomarnos un café en Sevilla. ¡Energía, qué poder tienes! ¡Todas nuestras vidas giran a tu alrededor!. ¿Pero por cuánto tiempo?

Ecoescuela es un camino.

Vivimos en un mundo vertiginoso. “Todo pasa y todo llega pero lo nuestro es pasar…” Al poco tiempo de venir a este mundo estamos estudiando en el instituto y un rato después somos ancianos cargados de años y experiencias. Cada uno hacemos nuestro camino, pero cada uno ve pasar a su lado los caminos de los demás. Personas repletas de cosas que han aprendido a lo largo de su vida y que se van de ella llevándoselas. Me gustaría poder conocerlas.

¿Cómo puedo hacer llegar a los demás todo lo que puede ofrecer un paisaje, la intensa historia que se esconde debajo de sus formas y colores, las joyas naturales que lo pueblan?

Ecoescuela es un camino.

¡Qué veranos he pasado en la montaña! Nos íbamos unos amigos con las tiendas de campaña y con las mochilas llenas de ganas de ver y andar, y también, por qué no decirlo de alguna tripa de salchichón que mitigara el apetito. En las horas de calor nos pegábamos unos baños estupendos en el río. Nadábamos en un agua limpia y fresca que nos cargaba las pilas para seguir el día. La última vez que fui llevé a mis hijas con la intención de que vivieran esas sensaciones. Muy poca gente se bañaba en el río. La mayoría estaban en la piscina del camping. El agua del río bajaba un poco turbia y con algo de espuma.

¿Nos tenemos que acostumbrar a la contaminación?

Ecoescuela es un camino.

Diógenes fue un filósofo griego que vivió desde el año 412 hasta el 323 adC. Defendía que la virtud consiste fundamentalmente en la supresión de las necesidades. Creía que la sociedad es el origen de muchas de éstas, que pueden evitarse mediante una vida natural y austera. ¡Si levantara la cabeza! Se metería de nuevo en el tonel en el que se dice que vivía.

Hoy todo se convierte en necesidad, absoluta, urgente aunque efímera. La necesidad sólo dura el tiempo que empleamos en conseguir lo que deseamos. “Mis necesidades efímeras” me hacen consumir todo el tiempo. Consumimos compulsivamente, y ese consumo lleva unido a él la producción de una serie de materiales que no son propiamente el objeto del consumo pero que lo aderezan.

Todas las noches llevamos los cadáveres de nuestra carrera de consumo en una bolsa y los echamos al contenedor que hay al final de la calle. Al día siguiente han desaparecido. Y así todos los días (si no hay huelga, claro). ¿Es todo tan fácil?

Ecoescuela es un camino.

Me encantan las setas! No sólo cogerlas, sino verlas. Es casi mágico cómo en pocos días salen de la oscuridad y se levantan por encima del suelo cientos de cabezas que además, por cierto, nos llevan unos pocos de años de ventaja en la cuestión del reciclaje. Pues bien este año ha sido malo. La lluvia no ha caído como debía ni en el tiempo que debía.

Dicen que se acerca, ¡qué digo!, ¡ya está aquí el cambio climático! ¡Sálvese el que pueda, mujeres y niños primero…! Los mecanismos del clima se están volviendo locos. Y sólo está empezando. Mis alumnos alguna vez de broma dicen: “Ya mismo no vamos a tener que bajar a Marbella para bañarnos en el mar”.

Ecoescuela es un camino.

La Ecoescuela es el camino que nuestro centro ha escogido desde hace siete años.

Un camino que sabemos largo y difícil, el de concienciarnos de la situación en la que se encuentra nuestro medio ambiente y tomar medidas para poder solucionarla. El de crear en todos nosotros una actitud crítica con nuestros hábitos y comportamientos diarios y ser capaces de analizarlos y cambiar lo que se deba cambiar.

Es verdad que contamos con el apoyo de algunos padres y madres. Es cierto que el ayuntamiento ha colaborado con nosotros en algunas ocasiones. Pero es necesario que la labor que empezamos en el centro salga a la sociedad. De hecho ya sale puesto que los alumnos son transmisores de esta propuesta ambiental. Pero nuestro propósito es hacer este transvase centro- sociedad lo más fluido posible. Generar, a nuestro nivel, iniciativas que hagan cuestionarse a la sociedad que nos rodea.

Nuestra bolsa de viaje se va llenando poco a poco de experiencias, de sensaciones… pero tenemos que seguir caminando. Ya hemos puesto rumbo hacia el uso responsable de la energía y del agua. No existe una meta final a la que llegar porque el propio camino es la meta. Conseguir que interioricemos valores de respeto por nuestro entorno, por los seres vivos y de compromiso con un desarrollo sostenible del planeta que nos mantiene y al que debemos ayudar a mantener como lo que es, un planeta vivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario